13.7.08

4.10.07

Micho y el charco



La semana pasada dos cosas alteraron la pacífica existencia de mis abuelos en el bucólico pueblo de Saladillo: perdieron el gato y vieron aparecer un charco en la puerta de su casa. Entonces, ¿qué hicieron? Llamaron a la televisión.

Micho, el gato, no es exactamente "de ellos", pero empezó a visitarlos hace cosa de un año y se encariñaron. Así que al ver que no volvía mi abuela decidió llamar al canal de televisión del pueblo. Pasaron el aviso y Micho apareció.

El charco, de alguna manera, fue consecuencia del excesivo esmero de la intendencia por mantener la ciudad en forma. Repavimentaron la calle y por una cuestión de alturas y ángulos difícil de explicar pero fácil de entender el agua no podía correr hasta la boca de tormenta que hay en la esquina. Entonces volvieron a llamar a la televisión, hicieron una nota ("Gran charco en la avenida Belgrano") y ahora esperan a que la intendencia mande a alguien a solucionar el problema.

Yo hace años que vivo sin televisor. Mis abuelos tienen tres, y evidentemente les funciona.

14.9.07

"Si Bush tuviera alguna expresión creativa, cambiarían muchas cosas"

La frase de Leonor Manso para Clarín

http://www.clarin.com/diario/2007/09/12/conexiones/t-01497156.html

bien podría inaugurar una serie de reflexiones sobre grandes hombres de la historia.

Por ejemplo: "Si a Hitler lo hubieran aceptado en la Academia de Bellas Artes habría sublimado todo."

7.9.07

desperate cows

¡Tenían mucha sed!
Por suerte estábamos ahí para abrirles la canilla.

el campo


pareciera que en el campo uno está solo. apenas horizonte y silencio. obvio que hay bichitos y vacas y cosas así, pero para alguien que viene de un edificio de departamentos en la ciudad la sensación es la de total aislamiento.
.
esta vuelta me quedé en el campo tres días seguidos, y en la mañana del tercero empecé a sentir otras cosas: la voz de alguien trabajando el campo de enfrente, lejos, a 500 o 1000 metros; una sembradora que venía desde el pueblo, cuyo conductor se bajó a abrir una tranquera para meterse en otro campo, a un kilómetro o dos; la camioneta del vecino de atrás que, como todas las mañanas, se iba a controlar las vacas que tiene a una legua.
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en fin: recuperé ese sentido casi corporal que en la ciudad me permite notar la presencia de mis vecinos y saber cuándo va a ser notada la mía, el sentido de "sociedad". ahora entiendo lo que significa que el esquimal pueda ver docenas de blancos en el blanco.

27.8.07

la voz de sarmiento



Es raro ir a escuchar música al lugar en el que de día uno nada. Es como ir a aquellas fiestas que no recuerdo por qué razón se hacían en la escuela, y había que caminar el mismo camino de siempre pero en la oscuridad, con las calles vacías (era en un barrio), todo el mundo preparándose para ir a dormir y uno yendo a la escuela.
Al llegar al centro cultural del SUTERH estaba este señor, que anda dando vueltas con su cuarteto desde hace más de cuarenta años, y estábamos nosotros el público, no más de veinte o veinticinco, sentados en unas sillas de centro cultural. La performance, impresionante. El clima, muy distendido. Ahora que todo está de moda, da gusto hacer cosas que no.
En fin, parece que el Tata, al volver de su largo exilio francés hace dos o tres años, se instaló en el barrio de Boedo. Y ahí charló con una vecina de familia italiana y 101 años, que le contó que su padre había conocido a Sarmiento. Cuando era presidente Sarmiento vivía en la calle Sarmiento (antes Cuyo), y todos los días caminaba a la Casa de Gobierno. El padre de esta señora tenía su negocio en la misma calle, y cada vez que Sarmiento lo veía le gritaba, con odio: "¡Tano de mierda!" Quizás el tipo le había hecho algo, quizás Sarmiento estaba nomás afilando su racismo para Conflicto y armonía de las razas. Lo que me importó fue que al contar lo que había dicho Sarmiento el Tata, profesional de la voz y los gestos, imitó a la señora vecina, quien a su vez imitó a su padre que le debía haber contado la historia mil veces. Con lo cual yo ahora estoy convencido de que escuché la voz de Sarmiento.

23.8.07

Arco iris y antena de Clarín


Lunes, 5:57pm.

20.8.07

teatro verdi

Ayer conocí el Teatro Verdi, una perla "escondida" de Buenos Aires en la que cantó Caruso. Digo escondida porque está en La Boca. Si para la "mayoría" (de la minoría) ya San Telmo está lejos, lo que viene después de San Telmo directamente no está.
Entrar al teatro es viajar a 1901 y viajar a un barrio. Me imagino que es justamente porque está lejos, en un barrio, que algo tan de otra época como este teatro todavía puede existir (si ya no quedan ni cines, ¿cómo es que queda este teatro lírico?). Pero es como un almacén que todavía no cerró: si aguanta diez años será redescubierto como "Boutique de Alimentos" y recuperará la clientela. Cuando la minoría ya no pueda pagar los alquileres del norte y desembarque en La Boca, el Teatro Verdi quizás consiga algún subsidio.
La "Sociedad Cosmopolita Filarmónica y de Socorros Mutuos José Verdi" está por cumplir 130 años. Pero como la fiesta es recién en febrero voy a probar de comerme un locro y bailarme un chamamé en la peña de los sábados. Quién lo hubiera dicho.